Cada vez es más difícil alcanzar el sueño americano. Por ello, capitalinos que migraron hacia Estados Unidos para trabajar regresan a la Ciudad buscando retomar sus proyectos de vida. ![]() En lo que va del año, 7 mil 961 capitalinos han sido repatriados y, al llegar, demandan trabajo mientras otros requieren documentación para que ellos y sus hijos puedan acceder a los servicios de salud, educación, entre otros. "Ya casi está igual que aquí la situación (laboral). Allá, si no trabajas, no comes, no tienes para la renta y si te endeudas, es peor", compara Nathanael Garcés. "Ganaba cerca de 2 mil 400 dólares al mes, pero me gastaba casi la mitad en renta --compartiendo el cuarto con otras personas--, en pasajes, comida. Mandaba unos 200, 300 dólares a la semana". Hace 8 años, Nathanael dejó los sembradíos de romero en Tláhuac para ir a Atlanta y Nueva York en busca de los recursos que le permitieran sostener a su esposa y una hija. Del campo pasó a realizar trabajos de plomería, carpintería y electricidad en EU. Ahora, busca apoyo para adquirir herramientas y auto emplearse en labores de electricidad. Hegel Cortés, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), informó que este año se ha apoyado a 394 migrantes para que inicien proyectos productivos o microempresas y, cada vez, son más los solicitantes. "Se les dan cerca de 12 mil pesos en 6 meses, un salario mínimo al día para todos aquellos retornados a la Ciudad y que no hayan cumplido con las expectativas del sueño americano, de tener una mejor condición de vida", comenta Cortés. "Por ello, necesitamos estar preparados para generar, para el migrante y sus familias, una asimilación a la Ciudad de México". También hay quien busca insertarse a la vida productiva, a partir de conocimientos adquiridos en EU, como Rosario Alejandra Sulser, quien vivió en Las Vegas por 3 años. "Trabajaba en un banco, era licenciada en comercio internacional y me despidieron", recuerda. "Me fui a Las Vegas y me convertí en una niñera estrella porque empezaban a buscarme, las clientas pedían que yo fuera, pues tenía un poquito de más preparación", relata. Inició ganando 6.50 dólares por hora y luego obtuvo hasta 14 dólares, pero sin seguridad social. Ella perfeccionó su inglés trabajando como niñera y hoy enseña ese idioma en la Universidad Motolinía. Por Mirtha Hernández, Periódico Reforma, 2 de Diciembre del 2013 |